comprobar que sigues vivo
después de esta celosa expedición
por mi cuerpo
que ha bronceado de ternura tus manos,
que ha conseguido que agotases
la profunda cantimplora de tu sed.
Mirarte con la ventana abierta de par en par.
Para que el viento nos despeine del todo
como a la maleza...
Alejandra Gúzman
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